lunes, 30 de septiembre de 2013

A los medios de comunicación

Solo en la década 2002 – 2012, un total de 11.480 personas fallecíeron de forma violenta, en una escalofriante media de 3 muertes diarias.

No se trata de estadísticas de accidentes de tráfico ni de víctimas de la delincuencia o del terrorismo, se trata de personas como ustedes o como nosotros, trabajadores que un mal día se despidieron de sus seres queridos para ir al trabajo y nunca más regresaron. Son las víctimas de los accidentes laborales.

Pero además de los que fallecieron son más de 100.000 las víctimas de accidentes graves, que aunque no les arrebatan la vida de cuajo les dejan secuelas de toda índole que marcarán para siempre su existencia  y la de sus familias.

Y es que en esos 10 años casi 9 millones de trabajadores sufrieron algún tipo de lesión a causa de su trabajo que les obligó a coger una baja, sin contar con aquellos que sin saberlo habrán estado expuestos a sustancias o ambientes que les provocarán algún tipo de enfermedad laboral crónica e inhabilitante o incluso la muerte (asbestosis, cánceres de todo tipo, etc.).

A pesar de lo escandaloso de las cifras semeja que estas víctimas no tuviesen valor alguno para el resto de los ciudadanos y sus muertes, sus desgracias y vicisitudes personales pasan desapercibidas, reflejándose sólo tímidamente en las páginas de Sucesos de los medios de comunicación escritos.